Aunque la primavera llegó en marzo, es en este mes cuando los síntomas de la alergia se generalizan, sobre todo por la llegada del buen tiempo y los tan temidos pólenes, células reproductoras de las plantas que proliferan en esta estación del año, y que constituyen uno de los alérgenos más frecuentes.

Los adultos mayores también pueden sufrir de este tipo de alergia, bien porque ya fuesen alérgicos desde más temprana edad, o porque los síntomas hayan aparecido más tarde. Sus síntomas son iguales a los de otra persona alérgica, pueden sufrir rinitis por tener mucha congestión, picazón en los ojos, estornudos o tos… Aun así, debemos tener especial cuidado, ya que estos síntomas podrían complicarse de no ser bien tratados o por sufrir complicaciones si ya se tienen problemas crónicos en el aparato respiratorio, como el asma.

Al tener la piel más fina y frágil, las personas mayores también pueden sufrir reacciones cutáneas, como prurito o descamación, por lo que deberemos prestar atención también en este sentido. Generalmente, pueden surgir por la toma de muchos medicamentos, pero puede darse también por otro tipo de alergias, por lo que con la más mínima sospecha, deberemos acudir a nuestro médico alergólogo para que realice los exámenes pertinentes y diagnostique si se tiene alergia a algo y qué medicación se debe tomar en caso de que así sea.

Debido a que la mayoría de ancianos ya hacen uso de algún tipo de medicación, debemos tener especial cuidado en la interacción de medicamentos, sobre todo cuando hablamos de los antihistamínicos, ya que pueden producirse efectos secundarios como soñolencia que, junto a su medicación habitual, puede provocar sedación. Del mismo modo, debemos cuidar otros efectos secundarios y observar cómo responden al tratamiento para la alergia, cuidando por todos los medios que no exista insuficiencia respiratoria o descenso de la presión arterial.

Pautas básicas a seguir si una persona mayor tiene alergia

  • Consultar al médico al observar el más mínimo síntoma y seguir sus pautas.
  • Evitar hacer actividades al aire libre, sobre todo pasadas las primeras horas de la mañana.
  • Utilizar ropa cómoda de telas naturales como el algodón, para que la piel respire.
  • Ventilar la casa durante un breve espacio de tiempo a primera hora de la mañana.
  • Lavarse las manos, y si fuese necesario también la cara, siempre que volvamos de la calle.
  • Hidratar la piel todo lo que sea necesario para que no se reseque y produzca prurito.
  • Utilizar colirio si se tienen los ojos secos por extremo picazón.